José: el soñador

La última parte del libro del Génesis contiene la historia de José. Se trata de un relato compacto, distinto al de los dos ciclos anteriores patriarcales. Estos se habían ido conjuntando poco a poco. Distintas narraciones habían sido conservadas entre el pueblo en diferentes lugares y, luego, un autor las había unifi­cado por medio de algunos retoques redaccionales.

En la historia de José sucede algo totalmente distinto. Se trata de lo que podríamos llamar el día de hoy, una historieta bien armada de principio a fin. Hay dos episodios que rompen esta continuidad: el de Jacob y Tamar (38) y el testamento de J acob ( 49). Quitando estos dos capítulos queda una secuencia narrativa clara con sus tres puntos, típicos de toda narración: el inicio, donde se pone el problema que hará correr la acción; la tensión con su clímax, que está presentada en dos largas esce­nas. Finalmente, el desenlace, que es muy corto, como es cos­tumbre.

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La última parte del libro del Génesis contiene la historia de José. Se trata de un relato compacto, distinto al de los dos ciclos anteriores patriarcales. Estos se habían ido conjuntando poco a poco. Distintas narraciones habían sido conservadas entre el pueblo en diferentes lugares y, luego, un autor las había unifi­cado por medio de algunos retoques redaccionales.

En la historia de José sucede algo totalmente distinto. Se trata de lo que podríamos llamar el día de hoy, una historieta bien armada de principio a fin. Hay dos episodios que rompen esta continuidad: el de Jacob y Tamar (38) y el testamento de J acob ( 49). Quitando estos dos capítulos queda una secuencia narrativa clara con sus tres puntos, típicos de toda narración: el inicio, donde se pone el problema que hará correr la acción; la tensión con su clímax, que está presentada en dos largas esce­nas. Finalmente, el desenlace, que es muy corto, como es cos­tumbre.

Se está dentro del mundo de la historieta, es decir, del cuento. Este género ha sido muy cultivado por todos los pueblos. Entre nosotros los mexicanos ha sido muy gustado. En el siglo pasado tuvimos la aparición fuerte de la novela. Recordemos, entre otras, la famosa novela de Cervantes. Antes existieron las novelas de caballerías. En la Edad Media se desarrollaron los famosos cantos de los trovadores y los de los juglares. La labor de estos últimos dieron origen a los romances posteriores. Entre las obras de los maestros de juglería, encontramos, en tiempo de Carlomagno, la Chanson de Roland. En nuestra lengua se desa­rrollaron los Cantares de Gesta. Entre éstos sobresale el Cantar de mío Cid (año 1140).

El día de hoy se ha internacionalizado el gusto por la no­vela. Existe también el gusto por el cuento en los círculos fami­liares, sobre todo, entre los niños. Entre los jóvenes y personas mayores, son muy gustadas las películas y las novelas televisi­vas. Estas no son otra cosas que desarrollos normales del cuento antiguo. Israel tuvo un gusto especial por el cuento.

El género de nuestro escrito, la historieta de José, está muy bien enraizado, tanto en la mentalidad como en el gusto de los hombres de cualquier época. Esta historieta ha sobrevivido en la literatura universal. Se puede mencionar la obra de Tho­mas Mann, José y sus hermanos.

Detrás de esta novelita se encuentran recuerdos viejos de antepasados de lo que va a ser Israel. Estos antepasados tuvie­ron una estadía en Egipto de donde salieron un día, para formar el núcleo de lo que va a ser en el siglo X d.C., el pueblo de Israel. Con este núcleo histórico de fondo, un artista muy bien dotado compuso su novelita. En su manera de componer y en sus ideas que intenta transmitir, deja reflejada la época en que está escri­biendo. El cariño por los sueños, la figura del personaje sabio y activo, un segundo Daniel, y la justificación apologética de que Israel puede vivir bajo una potencia extranjera conservando sus costumbres y fidelidad a Dios, viviendo en armonía con los paga­nos, todo esto refleja una época tardía de la historia de Israel, refleja el siglo III a.C., tanto en Palestina o en otro lugar donde existía una comunidad considerable de judíos, tal vez Alejandría o Antioquia.

La novelita o historieta refleja un ambiente, diríamos, bastante laicizado. Dios aparece sólo a través de la acción hu­mana. No hay las apariciones o revelaciones directas, propias de los ciclos anteriores o del tiempo de los reyes y profetas.

Weight .255 kg
Dimensions 16.5 × 1 × 22.5 cm
Año de publicación

1999

Páginas

160

Author

Raúl Duarte Castillo

Publisher

Universidad Pontificia de México

Series

Material académico