Escritos de Teología del Derecho fundamentados en Tomás de Aquino

Como acto de la razón, la ley natural, que puede convertirse en ley positiva, tiene como contenido la verdad natural bajo la razón formal de un bien jurídico. La ley natural se constituye así porque, como acto del apetito racional tiene que ser entendido por el legislador que la regula y promulga, como por el sujeto a quien se dirige. De modo análogo se constituye la ley canónica. Se ha visto que el contenido de la ley canónica es la verdad revelada bajo la razón formal del bien jurídico. Y como es un acto especificado por la bondad divina como fin, entonces su contenido es esta misma bondad. Pero como siempre la ley es un acto de la razón, elevada por la gracia en este caso, y el acto es siempre una forma intelectual, entonces la ley canónica es una verdad que se dirige a la inteligencia del bautizado. Por razón de su contenido, la verdad sobrenatural bajo razón de bien, es todavía más inteligible y clara que la misma ley natural. En efecto, se origina de Cristo, la Sabiduría del Padre, y se dirige al intelecto del creyente que, después de que lo obsequia a la luz de la fe, es elevado para que entienda y obedezca la bondad de la ley canónica. Esta ley se divide en sustantiva y adjetiva. Siendo la primera la que se contiene en la verdad de la revelación, y la segunda, es la que defiende los derechos que nacen de esta verdad y castiga a quien los viola. Pero ahora se trata del derecho sustantivo, verdad bajo razón formal de bien de la que nacen leyes secundarias.